La definición de artículo científico que Robert Day propone en
el libro “Cómo escribir y publicar un artículo científico” recoge en muy pocas
palabras la esencia de este tipo de textos científicos: “Un artículo científico
es un informe escrito y publicado que describe resultados de investigación
originales”. Es importante el concepto de la originalidad que se requiere en
este tipo de publicaciones, ya que es la característica fundamental que las
diferencia de otros tipos de producción científica. No quiero escribir en esta
entrada sobre la originalidad de los artículos y el cuidado que ponen las
revistas en garantizar la originalidad porque creo que lo trataremos con
detalle en temas posteriores del curso.
La sociedad actual está haciendo un esfuerzo importante en
investigación científica y el número de contribuciones originales es ingente.
Hoy en día, incluso disponiendo de una herramienta tan potente como Internet,
es imposible asimilar toda la información que se genera. Hace unos años acceder
a la información era difícil y costoso, tanto en tiempo como en dinero. Hoy en
día la información está accesible a todo el mundo, pero hay que saber
seleccionar la parte útil, identificar la que es falsa y evitar perder el
tiempo con información irrelevante con la que Internet nos bombardea
constantemente. En este contexto, cada vez son más importantes los documentos
científicos secundarios (resúmenes que seleccionen y ordenen la información),
los buscadores bibliográficos, las palabras clave de los documentos, etc.
En este mismo hilo de evitar una generación desmesurada de bibliografía,
cada vez estoy más a favor del simplismo en la escritura de cualquier tipo de
documento (excepto en las obras literarias). Si se escribe un documento para
exponer ideas, explicar conceptos, contar una situación, etc., la verborrea y
los circunloquios únicamente sirven para hacer perder el tiempo al lector. No
hablo de escribir “como un indio”, sino de usar un registro correcto y formal,
pero yendo al grano.
Yo también aprecio cada vez más el "simplismo" expositivo, como tu lo llamas.
ResponderEliminarLa explosión de atículos tiene una raíz en lo que dices y otra, menos honesta, en la necesidad de publicar por parte de los científicos "profesionales", lo que hace que intentemos publicar cosas que, a veces, no merecían la pena y se podían quedar en un párrafo de una publicación de más enjundia.